sábado, 2 de noviembre de 2013

Abrázame hasta que mañana sea ayer

Yo quería ser una rockstar. Quería vivir de la noche, en lugares donde nadie se acordara de nada. Lugares efímeros, en donde no se marcara ninguna huella sobre mí. Quería afirmar que había probado todo lo probable, sin caer en adicciones. Una vida con luces de discoteca, resacas y demasiada fiesta; una vida alocada. Tengo un pasado conflictivo. Tengo tantos errores que no podría acumular ni uno más. Mi mente está plagada de pecados capitales. Vivo aprendiendo a vivir. Caer en cada opción de perder, incluso sin querer levantarse. Veo la vida pasando frente a mis ojos sabiendo que estoy equivocada, pero sin tener claro como volver al camino correcto. Hasta que él apareció. No era un príncipe, pero se parecía. Le regaló a mi vida un par de escrúpulos, un par de motivos para no mandar todo al carajo. Me dio la tranquilidad suficiente como para ordenar mi futuro, y, solo decir, que ese futuro quiero vivirlo con él.

 



No hay comentarios:

Publicar un comentario