Yo quería ser una rockstar. Quería vivir de
la noche, en lugares donde nadie se acordara de nada. Lugares efímeros, en
donde no se marcara ninguna huella sobre mí. Quería afirmar que había probado
todo lo probable, sin caer en adicciones. Una vida con luces de discoteca,
resacas y demasiada fiesta; una vida alocada. Tengo un pasado conflictivo.
Tengo tantos errores que no podría acumular ni uno más. Mi mente está plagada
de pecados capitales. Vivo aprendiendo a vivir. Caer en cada opción de perder,
incluso sin querer levantarse. Veo la vida pasando frente a mis ojos sabiendo
que estoy equivocada, pero sin tener claro como volver al camino correcto. Hasta
que él apareció. No era un príncipe, pero se parecía. Le regaló a mi vida un
par de escrúpulos, un par de motivos para no mandar todo al carajo. Me dio la
tranquilidad suficiente como para ordenar mi futuro, y, solo decir, que ese
futuro quiero vivirlo con él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario