Incluso en estos tiempos veloces como un Cadillac sin frenos, todos los días tienen un minuto en
que cierro los ojos y disfruto echándote de menos.
Incluso en estos tiempos en los que soy feliz de otra manera, todos los días tienen ese instante en
que me jugaría la primavera por tenerte delante.
Incluso en estos tiempos de volver a reír con los amigos, todos los días tienen ese rato en el que
respirar es un ingrato deber para conmigo.
Incluso en estos tiempos triviales como un baile de disfraces, todos los días tienen unas
horas para gritar al filo de la aurora, la falta que me haces.
Incluso en estos tiempos de aprender a vivir sin esperarte, todos los días tengo
recaídas y aunque quiera
olvidar no se me olvida que no puedo olvidarte.
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