Los días están llenos de contradicciones, de bipolaridades,
de caigo y me levanto, de ahora bien y ahora mal, de amores que rozan el cielo
y amores que matan. Errores y aciertos, verdades y mentiras, noche y día, sol y
sombra, aprobados y suspensos, risas y llantos. La vida se compone de “y si
hubiera…”, caminos que has dejado pasar por otros que has elegido, cambios,
viajes, planes, visitas inesperadas, piedras en medio del camino, o por el
contrario, sorpresas que te ayudan a continuar. Sonrisas, abrazos, miedos,
agobios, situaciones que se salen de nuestro control, desesperación, no saber
que hacer o que decir. Días llenos de espejos en los que no te quieres ver reflejada,
de recuerdos que duelen, de broncas, de silencios que dicen más que las
palabras, de música, de nostalgia, de sueños que chocan con la realidad, de
malentendidos, de falsas esperanzas, de lágrimas infinitas, de momentos que
pasan en un abrir y cerrar de ojos y otros, que por el contrario, se nos hacen
eternos. Mira lo bueno y aprende de lo malo, no hay mal que por bien no venga,
imposible no hay nada, no dejes de soñar, lo típico. Una vida llena de
improvistos, de impertinencias, de impares y pares, de poetas, de metáforas, de
metafísica, de color, de ti, de mí, de nosotros, de felicidad que tarda en
llegar, de tantas cosas sin sentido que tantas otras que valen la pena.
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