Miradnos, corriendo de un lado a otro.
Siempre con prisas, siempre llegando tarde. Somos la raza humana, siempre
compitiendo, siempre con aires de superioridad. Aunque realmente lo que más ansiamos en esta vida es conectar con otros, con aquellos que nos comprendan y nos hagan sentir vivos.
Para algunos esta conexión ocurre a primera vista, es cuando ambos saben que lo saben, es el
destino destilando su magia. Y es genial para esas personas, viven como en un
cuento de hadas, van directos, como cuando viajas en un tren expreso. Sin
embargo, eso sólo les ocurre a unos pocos, para el resto de la humanidad vivir
es menos romántico, suele ser complicado y lioso, se rige por meteduras de pata
y oportunidades desaprovechadas y sobretodo por no ser capaz de decir lo que
necesitas decir cuando debes decirlo.
domingo, 30 de septiembre de 2012
jueves, 27 de septiembre de 2012
De nuestra historia he
aprendido muchas cosas; me has enseñado lo “puta” que es la vida y yo he sacado
mis propias conclusiones. Una de esas cosas que he aprendido es que no puedes
sustituir a personas insustituibles, ni olvidar a personas inolvidables; quiero
decir, que esas personas verdaderamente importantes en tu vida no son
comparables a ninguna otra, ni puedes evitar los motivos por los que lo son. He
aprendido que hay errores que por muy imperdonables que sean, al final
perdonamos por el miedo a perder a alguien. He llegado a la conclusión de que siempre
hay alguien que te va a decepcionar cuando menos te lo esperes, por mucho que creas
que nunca te decepcionará; pero también, que siempre va ha haber alguien que te
haga reír cuando tu vayas a llorar. Que hay que aprender a entender a la gente
y a ser un poco egoísta. Que en ciertos momentos es necesario desconectar y no
dar por supuesto situaciones que nadie te ha confirmado; que no se puede ser
paranoica pero tampoco pasota. Sé que las historias simples aburren pero que
las complejas hay que saber entenderlas y saber vivirlas. Poco a poco llegue a
la conclusión de que olvidar es diferente a no pensar y a dejar pasar; que
olvidar aquello que te ha marcado en tu vida es imposible, excepto que tengas alzheimer. Que lo importante es saber cuando y como dejar las historias atrás y
tener el valor de afrontar que lo que llamas historias van a pasar a llamarse
recuerdos. He llegado a entender los consejos que la gente me daba y repetía
una y otra vez; aquellos consejos a los que yo no hacía caso y ahora al
pensarlo dos veces me doy cuenta de que yo misma hubiera dado esos consejos a
la persona que estuviese en mi situación. Y sé que, la mayoría de veces, tienes
que ser tu mismo el que se de cuenta de la realidad y que para ello es
necesario tropezar con la misma piedra una y otra vez, hasta que llegue ese día
en el que des una patada a la piedra y la alejes de tu camino.
miércoles, 26 de septiembre de 2012
10.000 Gracias.
Aún recuerdo cuando las
estadísticas de visitas estaban en blanco, cuando doscientas visitas eran
doscientas alegrías. Bueno, pues ayer, gracias a todos vosotros y a todos los
que me leéis pasaron de ser doscientas a diez mil alegrías. Sólo me queda dar
las gracias a todos aquellos que han hecho de este blog algo más que palabras y
fotos, que me han demostrado que merece la pena seguir expresando lo que pienso
y lo que siento, lo que me apetece y lo que me apasiona. Tan solo en algo más
de año y medio, y con 209 entradas publicadas, he conseguido diez mil alegrías
y por ello a mi solo me queda dar diez mil gracias a todos vosotros.
sábado, 22 de septiembre de 2012
Odio los lunes pero me
encantan los sábados. Adoro acostarme tarde y despertarme mucho más tarde aun.
Detesto el tabaco pero me encanta el alcohol. Adoro viajar. Me gusta la coca-cola
mucho más que la Fanta. Me gusta andar por la calle agarrada al brazo de mi hermana.
Odio la literatura y la historia. Adoro el verano, pero no odio el invierno. Me
gusta proponerme retos a mi misma. Me río de los defectos de los demás pero
también de los míos. Sueño despierta y me encanta. Adoro escuchar música, yo
creo que sin ella no podría vivir. Me encanta ir con una sonrisa en la cara y
que la gente sepa que soy feliz, aunque a veces me ponga triste. Me paso horas
frente al ordenador pero hace demasiado que no veo la televisión. Adoro subir
la música a tope y molestar a los vecinos. Me encantan las fiestas y no tienen
porque tener siempre alcohol. Me encanta quedar con gente en la que puedo
confiar y contarnos mil historias. Amo los amaneceres y atardeceres de
Valladolid. Para mí, uno de los mayores placeres de esta vida es que me toquen el
pelo. Y a pesar de todo esto, ¿sabes que es lo que mas me gusta?, que he
aprendido a vivir sin ti.
miércoles, 19 de septiembre de 2012
Me
estás mal acostumbrando. Has conseguido que dejarse llevar por la alegría sea lo más fácil del
mundo; eso que siempre evité para que la
caída fuera menor cuando todo dejara
de ir bien. Después de todo, llegue a la conclusión de que lo mejor que podía
hacer era protegerme de todo el que me pudiera hacer daño, sin embargo, has
llegado tú y, no se como, has conseguido que cambie esa forma de ver la vida.
Has conseguido que quiera ver en las personas algo más que una cara bonita, que
deje de criticar a las personas y que vuelva a pensar que merece la pena
apostar por alguien especial. No es sólo que haya encontrado mi apoyo diario, es
que ahora también mi tranquilidad, mi seguridad, la confianza en mí misma
dependen de lo que me hayas dicho hoy, de la cantidad de palabras que me has susurrado
al oído. Me estás mal acostumbrando a eso de sonreír a todas horas como
una tonta, y me he dado cuenta de que no querría dejar de hacerlo nunca. Que yo soy la que te entiende, que aunque no lo parezca,
creo que te conozco mucho más de lo que esperaba, en un mes me has mostrado
gran parte de tus virtudes y me has enseñado tu manera de ver la vida. Has sido
capaz de escucharme y, sobretodo, de aconsejarme. Y he de decirte, que por
mucho que lo oculte, por mucho que lo niegue, tú eres la más
perfecta mala costumbre.
Mi tranquilidad, mi seguridad, la confianza en mí misma dependen del
número de veces que me has abrazado hoy.
lunes, 17 de septiembre de 2012
Dicen
que una mirada vale mas que mil palabras, si, es cierto, noto esas cosas raras,
llamadas vulgarmente mariposas, cada vez que me miras. Es la necesidad de correr
a tus brazos cada vez que me sonríes a lo lejos. Necesidad de comerte, morderte
los labios, y dejar que el mundo desaparezca cuando estoy contigo. Necesidad de
saber de ti a todas horas, de decirte que te quiero y empecemos a discutir por
quien quiere mas. Necesidad de pasar contigo 24 horas, y dejarte con las ganas
de que al día le falten horas. Necesidad de que me hagas reír con tus bobadas,
con tu ironía y con tus mentiras escondidas bajo esa sonrisa que se muestra en
tu cara. Necesito hacer que para ti nada tenga sentido si yo desaparezco. Que
quiero hacer 956.412.345 locuras a tu lado, y que me despiertes con un “Buenos
días princesa”. Que quiero que cada vez que te metas en la cama te acuerdes de
mí, ser tu pensamiento al levantarte y tus sueños cuando estas dormido. Que
cuando este insoportable, me muestres que es cuando más estas a mi lado; que
probablemente en ese momento yo no me lo merezca, pero será cuando mas lo
necesite. Cuando te despidas de mi, échame de menos pasados 5 minutos. Ríete de
mí cada vez que pasemos al lado de alguna que te mire y yo me ponga celosa;
ríete de mi inseguridad y de mi ingenuidad. Pero lo más importante... no me
pierdas para darte cuenta de que me has encontrado.
domingo, 16 de septiembre de 2012
Querida Vida:
Te pido perdón
porque ayer pensaba que eras una mierda. Fue uno de esos días en que todo lo
ves de color negro, te sientes utilizada a mas no poder, sin ganas de
nada, impotente, decepcionada, etc... y no para de venir a tu cabeza la pregunta "¿por qué cuando crees estar haciendo
algo bien, resulta que no es como uno pensaba?” y te planteas la pregunta miles
de veces, piensas una respuesta pero no tiene sentido y te das cuenta de que sigues sin
entenderlo. Te deprimes, piensas que nada es como tú crees. Y sí Vida, ayer fue
un día de mierda, dominado por la decepción.
Me acosté con dolor de cabeza y
ganas de que acabara el día. En uno de esos pensamientos que aparecen cuando te
acuestas, volvió otra pregunta: "¿Voy a poder
confiar en alguien o no merece la pena dar un voto de confianza a aquellas
personas que no conoces?". Acto seguido, lo piensas dos veces y
llegas a la conclusión de que tienes que dejar de hacer de tus problemas todo
un mundo, dejar de llorar por cualquier tontería y sobre todo pensar que, el problema
lo tienen ellos. Hay personas que merecen la pena y otras que lo que les gusta
es jugar con la gente; que esas personas en las que tu confías y luego resulta
que no deberías haber confiado, son las que más te llegan a decepcionar, pero
realmente el problema le tienen ellas. A esto, que cierras los ojos y te das
cuenta de que eres joven, tienes buena salud, una familia extraordinaria, unas
amigas increíbles que se preocupan más de mi que de ellas mismas y siempre
están ahí, una vida completa en la que no me falta de nada gracias al trabajo de mis padres,
estudio en un buen colegio y mi clase es genial. Y podría estar hablando horas y
horas de cosas buenas de mi vida, incluso hay más cosas buenas que malas. Pero
voy a parar. Así que, querida Vida, la próxima vez que me veas
deprimida, por favor recuérdame que soy una chica afortunada y lo único que
tendría que hacer es darte las gracias por tener lo que tengo.
jueves, 13 de septiembre de 2012
Saber elegir, elegir bien.
No hay mal que por bien no venga, o eso dicen. De todo golpe se aprende y de toda caída te
levantas. De toda perdida ganas algo, lo quieras o no. Porque ni el bueno es
tan bueno ni el malo es tan malo. Puedo afirmar, sin lugar a dudas, que en dos
meses he aprendido más que en un año, y que hay que saber conocer a la gente,
dar oportunidades a quien merece la pena y despedirse de los que te hacen daño.
No se trata de jugar con las personas, ni de creer que ninguno merece la
confianza que le puedas dar; se trata de saber en quien puedes confiar y no
dejar pasar la oportunidad de conocer a alguien que puede llegar a ser una
parte muy importante de ti. Hay que saber elegir, para elegir bien, pero antes
debes saber lo que quieres y confiar en ti mismo para que todo salga como
esperamos. Hay que aprender a tener seguridad en uno mismo para saber elegir,
para que nadie te tome el pelo, para que nadie te haga sufrir ni llorar y para
saber lo que hacer o como actuar en cada momento.
martes, 11 de septiembre de 2012
Antes de que digas nada y rechaces todo esto, dime
al menos dónde puedo encargar a alguien como tú, igualito a ti, aunque sea una
copia barata, con eso me vale. Pero encárgate de que venga con todos tus
defectos incluidos en el precio. Pídeles que me plagien tu esencia, y tu estúpida
manera de reírte de mí. Que consigan copiar tu manera de hablarme, con todas
esas palabras que consiguen cambiar mis pensamientos y mi forma de ver la vida.
Lo quiero igual de artista, con la misma iniciativa, no me importa pagar gastos
adicionales. Diles que no escatimen en tus detalles, y que le jodan al
copyright pero quiero calcadas todas tus bobadas. Que no le cambien tu
ideología, que siga sabiendo lo que quiere y hasta qué punto. Que le falten
horas a sus días y que venga a robármelas a mí, aunque sea de madrugada.
Pídeles que encuentren la fórmula que tienes para que me sea imposible pensar
que hay algo más allá de ti y nuestra circunstancia. Aprovecha la oferta y
exige que me lo envíen sin gastos de envío, con solo ganas de mí. Si no es
pedir mucho, pídeles que añadan un chip que tenga grabado mi nombre, que
recuerde que es mío y que no olvide que yo soy suya. Y si no es posible eso,
pide al menos la garantía y asegura mi corazón a todo riesgo, porque
últimamente está hecho mierda y no quiere ver a nadie que no seas tú.
domingo, 9 de septiembre de 2012
Supongamos que cada mañana al levantarte te encuentras 1.440 euros. Sin
hacer nada para ganarlos, sin esfuerzo alguno. Puedes regalarlos, gastarlos,
divertirte con ellos o quemarlos. La única condición es que los que no uses, al
final del día desaparecerán. Así funciona la vida. La diferencia es que lo que
te encuentras cada día no son 1.440 euros, son 1.440 minutos. Piensa bien qué
vas a hacer con ellos. Los que no uses, se perderán.
sábado, 1 de septiembre de 2012
Fingían no haberse querido cuando realmente habían llegado a amarse. Fingían no ser nada cuando lo habían sido todo. Fingían que sus cuerpos nunca se hubieran encontrado, ni que se hubieran bañado en caricias y sudor. Fingían no haberse robado ningún beso, ninguna mirada ni ninguna sonrisa tonta; aunque bien sabían los dos que tan solo estaban fingiendo y que, a veces, el pasado es mejor dejarlo atrás. Ahora solo son dos desconocidos que se conocen muy bien, dos jóvenes perdidos intentando encontrar nuevos sueños que cumplir, dos corazones que no tratan de olvidar sino de guardar bajo llave mil historias que no volverán, dos falsas miradas de odio que pretenden que ese loco sentimiento no vuelva a nacer. Se trata de miradas perdidas en recuerdos de un amor marchitado pero que se niega a desaparecer.
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