lunes, 5 de marzo de 2012


La vida, con el paso del tiempo, te va enseñando muchas cosas. De pequeños los problemas se arreglaban con una simple palabra, “perdón”, y un gesto, o bien darse la mano o un beso en la mejilla; nos creíamos que íbamos a encontrar a un príncipe azul y que comeríamos perdices y viviríamos felices, creíamos en las hadas y en la magia, en que los amigos son para siempre y que nunca nos iban a dejar de lado, que siempre nos íbamos a salir con la nuestra; nos creíamos que todo era felicidad y risas. Pero cuando vas creciendo te das cuenta de muchas cosas, como de que los problemas no se arreglan tan fácilmente y que nunca se solucionan del todo o de que los príncipes azules son difíciles de encontrar lo cual no quiere decir que sean imposibles. Te das cuenta de que la magia no existe, que los amigos muchas veces se van y nos dejan tirados, que amigos de verdad en esta vida hay muy pocos, que muchas veces no nos vamos a salir con la nuestra por mucho que queramos o tengamos razón, que no todo son risas y felicidad en esta vida, si no que hay muchos momentos de tristeza y de sufrimiento, que nadie nos dijo que esto iba a ser fácil, porque en esta vida hay que ser fuertes y si nos caemos mil veces pues nos tendremos que levantar mil y una más, que está vida es muy dura pero hay que luchar, luchar por lo que se quiere.


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